5 consejos para empezar a escribir
Muchas personas me han dicho que quieren empezar a escribir pero se encuentran envueltes en una serie de contradicciones sobre cómo hacerlo. Es verdad, la escritura es algo muy contradictorio. Es fácil pero es difícil. Es divertido pero es una tortura. Es lo que van a hacer cuando se retiren para matar el tiempo pero también es una actividad que da miedo realizar. Me gustaría decir que todo es un mito, pero en mi experiencia, es muy real.
Escribir es un arte y a pesar de que sé que no es el arte que le va a funcionar a todes, creo que todes debemos practicar un arte. Es una manera de empoderarte, sanar y más que nada escucharte. En teoría, suena fantástico. Lo complicado es hacerlo. No hay una ruta fija. Hay cursos que puedes tomar, tutoriales que seguir y retos que realizar, pero no hay una sola manera de aprender. El único requerimiento es aprender tu abecedario, aprender a formar palabras, y de ahí tú debes ser quien forje el camino.
No soy la autoridad de la escritura. Nadie lo es, ni la RAE, ni Mario Vargas Llosa ni tu maestre de prepa. Todes tenemos exactamente la misma licencia de decir qué sirve y qué no. La escritura es un arte y en el arte todas las reglas son sugerencias. A pesar de esto, les quiero dar cinco consejos que me parecen importantes para todes. Tal vez después de leerlos, aun no sepan por dónde empezar. Es normal. Estos son consejos para que les acompañen no importa qué escriban ni cómo empiecen, y tal vez ayuden a aliviar el miedo de empezar.
1. Primero escribe para ti y preocúpate del resto del mundo después
He escuchado mil veces que debes escribir con una audiencia en mente. Estoy en desacuerdo, en especial cuando apenas estas empezando. No todo lo que escribas va a ser consumible, y a eso me refiero a que no todo lo vas a escribir con intención de que alguien lo lea.
Muchas veces se nos mete el mito en la cabeza de que si no lo estoy haciendo para que las demás personas lo vea, es como si nunca lo hubiese hecho. Es esa mentalidad de “manda fotos o no ocurrió”. A lo mejor me pongo muy idealista aquí pero yo creo que escribir te cambia de una manera a veces intangible e indescriptible. Cada vez que creas, algo dentro de ti se mueve, y a veces esa es la única tarea de escribir. La creación es importante y poderosa aun cuando solo tú sabes que ocurrió.
Además, no hay manera de llegar a hacer algo bien sin hacerlo mal mil veces antes. No puedes encontrar tu ritmo, tu voz, tu estilo si no te permites experimentar y hacerlo terriblemente mal. Muchas veces es más fácil hacer eso cuando primero lo haces en privado. Es como ensañar un baile en tu recamara con la puerta cerrada hasta que te salga. Va a haber ocasiones en las que sí, vas a escribir con una audiencia en mente, pero no puedes llegar a ese punto de confianza en tus habilidades sin hacerlo primero solo para ti.
Si vas a escribir, escribe algo que nadie nunca va a leer, y después, si quieres, puedes transformarlo en algo para el resto del mundo.
2. Date permiso de escribir mal y date permiso de divertirte escribiendo mal
Para mí, no hay nada tan divertido como escribir. Era le nerd que en las horas de receso en prepa se iba a la biblioteca a escribir historias. Como ya dije, te tienes que dejar hacer las cosas mal mil veces antes de poder hacerlas bien. Eso no quiere decir que tienes que pagar una cuota antes de llegar a la tierra prometida de la bella escritura. Significa que tienes que enfocarte en otra meta porque si buscas perfección a la primera, te vas a decepcionar.
Cuando empecé a escribir, no lo hice porque quería una estrella dorada en mis ensayos ni porque quería hacerme millonarie como Stephen King. Tampoco lo hice buscando escribir una reflexión profunda sobre mis vivencias. Lo hice porque me divertía.
Sí, hay cursos y clases que puedes tomar pero la única manera de mejorar como escritore es escribiendo, y solo vas a querer escribir cientos de historias sin sentido si lo disfrutas. Tal vez acabes, como yo, con páginas llenas de historias que en verdad esperas nunca nadie lea por lo malas que son. Aun así, amo esas historias porque recuerdo lo mucho que me divertí escribiéndolas, y sin notarlo, fui mejorando.
Cuando empieces a escribir, no busques escribir una obra maestra. Escribe algo que te divierta. Tal vez de ahí salga algo innovador e impactante. Tal vez no. En verdad eso no importa al principio, lo que importa es que te divertiste. Esa puede ser la única meta de tu escritura y está bien.
3. Enorgullécete de cada uno de tus escritos, aun cuando no te gusten
El efecto de Dunning-Kruger tiene un sentido del humor. Este efecto es la noción de que, cuando estas empezando a aprender algo, crees que tienes una habilidad mayor a la que en verdad tienes. En la escritura, esto significa que mi yo de catorce años se creía Isabel Allende cuando no tenía ni el nivel de E.L. James. Esto también significa que enseñé con un orgullo inmenso muchos escritos que no eran muy buenos.
Eventualmente, desarrollé la capacidad de poder juzgar mi propio trabajo con medidas más realistas. Cuando esto pasó, me apené de todo lo que había escrito hasta ese punto. No voy a mentir, escribí muchísimas cosas muy malas. Novelas sin lógica, historias clichés y ni me hablen de mis poemas de adolescente. Pero lo que aprendí después de reflexionar y lidiar con mis propias ideas de la perfección es que escribir una novela es un triunfo. Escribir un poema es un triunfo. Escribir un párrafo es un triunfo. Es importante reconocer tu trabajo aunque no haya salido como querías. Hiciste un esfuerzo y eso es digno de orgullo.
4. Escribe de lo que sabes y envuélvelo con la historia que quieras
Hay un dicho en la escritura: “escribe de lo que sabes”. Esto no se debe tomar literalmente. Si así fuera, solo podría escribir de una persona no binaria que se pasa demasiado tiempo viendo realities de Netflix mientras prepara las actividades de sus clases. Lo que yo entiendo por este dicho es que debes partir de algo real y así tus escritos tendrán corazón.
Escribir de lo sabes significa sentarte con tus emociones y darles espacio para jugar. Es dejarte sentir tristeza, duelo, ira, decepción, felicidad, lujuria, emoción y todas las demás complejidades de ser humane. Es explorarlas, ya sea escribiendo lo que te pasó la semana pasada cuando fuiste por un café o narrando sobre la guerra de mil años entre dos reinos y el equipo de caballeres que va a enfrentarse al emperador malvado.
5. Recuerda que tu voz es única e importante
La historia que quieres escribir ya se contó. La emoción del poema que quieres escribir ya se transmitió. No hay nada completamente original que puedas crear. Que eso no te desanime. Tal vez la historia ya se contó, pero no la has contado tú. Tú con tus vivencias, tus emociones, tus manierismos y tus palabras. No es tan importante buscar decir algo original como lo es decirlo desde tu perspectiva, y la única forma de entender tu voz es escuchándola.
La escritura es introspección y entre más introspección, más conoces tu voz, y entre más escribes, más se va desarrollando tu forma única de escribir. Ten paciencia. Déjate experimentar. Y más que nada lee lo que escribes y trata de buscar eso que está en el corazón de tus creaciones.
Me encantaría tener la fórmula mágica, los cinco ejercicios para sacar a tu poeta interior o los tres hábitos que debes tener para aprender a escribir. Lo difícil de este arte, y me imagino que de todas las artes, es que nadie siente o procesa las emociones de la misma manera, y como consecuencia, nadie crea de la misma manera.
Lo que sí puedo dar son estos consejos. No son fáciles de seguir. A mí aún me cuestan. Tampoco son fáciles de entender, pero sí son los únicos consejos que no se aprenden en clases o talleres, sino haciéndolo. Así que hazlo.
Ahora agarra esa pluma y sin miedo, o con todo el miedo del mundo, escribe.
El mundo necesita tu voz.
Ya quiero leer lo que escribes.