Cómo planear una novela

Nos pasa a todes. Tenemos esa idea en la cabeza que no nos deja dormir, una que estamos segures que sería una historia increíble… si tan solo supiéramos qué pasa en la historia. Por más que nos gustaría que las historias llegaran a nuestra cabeza con todo el detalle que necesitamos, escribir una novela es menos como encontrar un tesoro enterrado y más como armar un rompecabezas transparente con piezas de sobra.

En lo personal, el proceso de planeación es uno de mis favoritos. No hay nada como el conocer mundos nuevos y saciar la curiosidad que tienes sobre las personas que lo habitan. También llega a ser el proceso más frustrante. Es, de cierto modo, crear algo de absolutamente nada. Es mágico y es increíblemente difícil.

Cada persona tiene su propia manera de planear. Hay algunas que pasan años definiendo cada atuendo que el personaje principal va a usar en cada escena antes de siquiera escribir una palabra. Hay otras que solo agarran una pluma y un papel y se lanzan a la creación, sabiendo que el trabajo de desenredar las ideas vendrá después. A mí me acomoda el camino de en medio. Me gusta tener cierta idea de qué va a pasar pero darme la libertad de cambiar eventos mientras escribo. Muchas veces ni decido cómo va a terminar la historia hasta que voy a la mitad.  He encontrado que eso es lo que funciona mejor para mí y mi proceso creativo.

Aquí les comparto tres cosas que me ayudan a convertir una idea en una historia. Tal vez también les funcionen a ustedes.

 

1. Música

Una parte muy importante de mi proceso creativo es la música. Las listas de música me permiten conectar emocionalmente con los personajes y crear escenas vívidas en mi mente. También me ayudan a saber el tipo de ambiente que deseo crear.

Usualmente, me limito a unos pocos géneros, artistas o hasta álbumes. Esto me ayuda a tener una consistencia de tono que después se ve reflejada en lo que escribo. Pido recomendaciones para escuchar canciones nuevas que me inspiren. Además, lo que me encanta de usar música es que me motiva a seguir escribiendo. Ya después de ver una escena tantas veces en mi mente, lo único que quiero es seguir escribiendo para poder llegar a ese punto de la historia y al fin escribirlo.  

Si quieres crear tu propia lista de música, recomiendo partir de una canción que te evoque una escena o un tono similar al de la historia que quieres escribir. Escucha más de ese artista, descarga su álbum completo, ve qué te recomienda Youtube después de sus videos y ve seleccionando poco a poco las canciones de tu historia. A pesar de que no requiere que escribas ni una palabra, esto te va a facilitar escribir cuando empieces a poner tu historia en papel de principio a fin.

 

2. Papel y tijeras

Tuve bastante problema planeando mi novela Bruja. Tenía tantas escenas y buenas ideas, pero no sabía cómo ponerlas en orden. Ni siquiera sabía si quería un orden lineal o si quería que saltara de presente a pasado a futuro. Así que tomé un papel y escribí una línea de texto por idea, cada una en un color de pluma diferente. Corté el papel para que cada idea estuviese en su propio pedacito de papel. Y luego los tiré al aire. Los revolví, los tiré al suelo y cuando ya estaba todo hecho un desastre, los empecé a poner en orden.

Si son como yo y pasan el día trabajando en una computadora, a veces un descanso es todo lo que tu creatividad necesita. Escribir una novela es crear arte y el arte es experimental, es físico, es raro, es juguetón. Si no te vienen las ideas frente a una pantalla, intenta papel y tijeras, o plastilina, o arena, o plumones, o tela o lo que sea que parezca divertido. Llévalo de lo estático a lo físico. Ayuda a que no te estanques en tu propia mente.

 

3. Socializa

Ya sé, les escritores tenemos mala fama de ser personas aisladas e introvertidas. Y entiendan, yo tampoco soy muy fan de hablar con gente. Soy el tipo de persona que se pone a caminar en círculos cada que tiene que contestar una llamada telefónica. Aún así, he encontrado que la mejor inspiración para las historias es hablar con otras personas. Tal vez no de tu historia, pero de sus vidas. Algunas de mis escenas favoritas vienen de lo que me contaba mi abuelita que hacía de niña, o de la historia increíble que me contó una amistad.

Lo ideal es salir de nuestra zona de confort para escuchar vivencias de personas que no conocemos y así recibir un nuevo tipo de inspiración, pero si eso es demasiado, siempre podemos empezar con gente que ya conocemos. Pueden preguntarle a su mamá si hay alguna curiosa de su embarazo, a su abuelita de qué jugaba cuando era niña, a su mejor amigue de cómo escogió su nombre o a su prime si tiene algún secreto que no le ha contado a sus papás.

Ya cuando acabe la sesión de plática, pueden regresar a sus casas con ideas zumbando en la cabeza. Será mucho más fácil plasmarlas en sus historias cuando tienen algo real de dónde trabajar.  Ahora ya pueden hacer una lista, o un párrafo gigante, o una serie de tarjetas con las miles de idea y tejerlas en una historia.

 

Estas son las técnicas que más me han servido para pasar de una idea vaga con unos cuantos puntos importantes a una historia consolidada. Recuerden que no se acaba el trabajo una vez que ya tienes tu principio, mitad y fin. Dejen que las escenas cambien mientras revisan la historia. Corten las que sobran, agreguen las que falten. Este es solo el primer bosquejo de lo que será la novela final. Va a evolucionar y creo que es algo hermoso ver cómo evoluciona.

¿Tienen ustedes algún tip que les ayude a planear sus historias?

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